domingo, 4 de outubro de 2009

Dengue to fora.











Dengue em 2010, até agora nada esta sendo feito de concreto pelo governo brasileiro. É a crônica da morte anunciada como o ministro disse em 2009 sobre Itabuna-Bahia. Algo tem de ser feito: combater o vetor.

Aedes aegypti.

Aedes aegypti

Conociendo al vector del Dengue

Autor: Maria del Carmen Marquetti

Entomólogo medica IPK

marquetti@ipk.sld.cu

Indice

Introducción

1.1. Distribución geográfica y clasificación sistemática

1.2. Huevos

1.3. Larvas

1.4. Pupas

1.5. Adultos

1.6. Clasificación de criaderos

1.7. Métodos de vigilancia para Aedes aegypti

1.8. Competencia entre especies

1.9. Papel vector del Aedes aegypti

2.0 Medios de lucha usados en el control de Aedes aegypti y otros Mosquitos.

2.01 Lucha química. Insecticidas utilizados en programas de control de mosquitos

2.02 Control Biológico de mosquitos

2.03 Participación Comunitaria como método de control vectorial

2.04 Saneamiento del medio. Control Integrado

1.1 . Distribucion geográfica y clasificación sistemática

Aedes aegypti mosquito introducido en América, es una especie diseminada por el hombre por medio del transporte de sus adultos, huevos, larvas o pupas en barcos, aviones y transporte terrestres. Su origen probable fue en el cinturón tropical de África, donde ocurren dos formas: una domestica y una selvática (Harwood y James 1988). Es una especie tropical y sub-tropical distribuida entre la franja geográfica del paralelo 350al norte y 350 al sur Fig 1. Respecto a su distribución vertical, usualmente se encuentra a menos de 1,000 metros sobre el nivel del mar Fernández 1999. en el mundo su presencia se reporta a 2,121 metros de elevación en India, a 2,400 metros en África y a 2, 200 metros en Colombia Cantero y Fonseca, 2007. Esta especie es una de las principales especies de mosquitos en el área urbana. Su clasificación sistemática hasta principios de este siglo la ubicaban en la Familia Culicidae, genero Aedes, el sub genero Stegomyia y la especie aegypti descrita por Linnaeus. Sin embargo trabajos taxonómicos realizados recientemente hacen una reubicación de esta especie y la colocan en el genero Stegomyia por lo que actualmente el mundo taxonómico se conoce como Stegomyia aegypti Reineri et al. 2004.
1.2 . Huevos
La puesta de huevos ocurre en las paredes y superficie del recipiente a la altura de la interfase agua-aire Carrada et al 1984, utilizando un espacio estrecho entre la superficie del agua y las zonas mas profundas lo que nos ayuda a entender su presencia en gran diversidad de recipiente Briegel 2003. El mecanismo que utiliza el vector del dengue para poner sus huevos y distribuirlos en varios recipientes (utilizando en ocasiones hasta 3 recipientes) Apóstol et al 1994 es de importancia en las acciones de control constituyendo este fenómeno un reto para el éxito de las mismas Marquetti 2006. La cantidad de huevos que una hembra puede poner en una sola oviposicion es afectada por diferentes factores como: tamaño de su cuerpo, magnitud del volumen de sangre ingerida, calidad proteica de la sangre que ingirió, edad etc. En general existe un rango mínimo de 20 y un máximo de 120 huevos por ovipostura Fernández 1999. Los huevos de alrededor de un milímetro de largo Fig 2, son inicialmente de color blanco, para tornarse oscuros con el desarrollo del embrión, que evoluciona en óptimas condiciones de temperatura y humedad en un lapso de 2 a 3 días. Con posterioridad a ese periodo, los huevos son capaces de resistir desecación y temperaturas extremas de hasta siete meses a un año. La mayor parte de cada postura es de eclosión rápida, mientras un porcentaje reducido constituye los llamados huevos resistentes, inactivos o residuales Gadelha y Toda 1985. Generalmente, después de cada alimentación sanguínea se desarrolla un lote de huevos. Sin embargo, este mosquito con frecuencia se alimenta con sangre mas de una vez entre cada postura, especialmente si es perturbado antes de estar completamente lleno de sangre. Las alimentaciones escasas producen menos huevos por lote y una alimentación muy reducida no las produce. Por otra parte se ha demostrado que Ae. aegypti presenta la habilidad de incrementar o disminuir la duración de la alimentación requerida lo cual viene aparejado con interferencia fisiológicas durante el proceso de la alimentación y consecuentemente aumenta su eficiencia vectorial Chadee et al (2002)

Generalmente, después de cada alimentación sanguínea se desarrolla un lote de huevos. Sin embargo, este mosquito con frecuencia se alimenta con sangre mas de una vez entre cada postura, especialmente si es perturbado antes de estar completamente lleno de sangre. Las alimentaciones escasas producen menos huevos por lote y una alimentación muy reducida no las produce. Por otra parte se ha demostrado que Ae. aegypti presenta la habilidad de incrementar o disminuir la duración de la alimentación requerida lo cual viene aparejado con interferencia fisiológicas durante el proceso de la alimentación y consecuentemente aumenta su eficiencia vectorial Chadee et al (2002).

1.3 Larvas

Las larvas que emergen inician un ciclo de cuatro estadios larvales, creciendo a lo largo de tres mudas desde un largo de 1 mm a los 6 o 7 mm finales. Estas larvas, que poseen como caracteres morfológicos típicos fuertes espículas torácicas laterales quitinizadas, peine de escamas uni -linear en octavo segmento y sifón con forma de oliva corta, que se destaca por su color negro (figura 3) se alimentan con el zoo y fitoplancton de los recipientes que habitan Nelson 1986. La alimentación la hacen tanto en el fondo del criadero como en el intermedio de la columna de agua, característica importante en el momento de seleccionar algunas formulaciones, flotantes o que caen al fondo como el Bacillus thuringiensis o insectos predatores recomendados como control biológico Fernández 1999

Su desarrollo se completa en condiciones favorables de nutrición y con temperaturas de 25 a 29ºC, en 5 a 7 días, estando dotadas de movimientos característicos verticales, entre fondo y superficie, disponiéndose en forma de ese (S) durante los mismos. Son incapaces de resistir temperaturas inferiores a 10ºC, superiores a 44º o 46ºC, impidiéndose a menos de 13ºC su muda a estadio pupal. Es importante destacar que el tamaño de una hembra adulta de Ae aegypti depende de la disponibilidad de alimento que tuvo en su vida larval. Debido a la variabilidad en la producción de mosquitos adultos en los distintos tipos de criaderos, se debe de tener en cuenta en los programas de control de esta especie, además de este factor, la frecuencia de aparición del recipiente que sirve como criadero en las casas, así como el tiempo que mantienen agua durante las estaciones climáticas, lo que conduciría a concentrar las medidas de prevención y control sobre los criaderos de mayor impacto en la transmisión del dengue.

1.4. Pupas

La pupa no requiere alimentación y entre 28º y 32ºC, completa su desarrollo hasta la emergencia del adulto en 1 a 3 días Fig. 4. Las variaciones extremas de temperatura pueden dilatar o acelerar este período.

La presencia de pupas en los criaderos de Ae. aegypti representa que el criadero es un buen criadero y que reúne las condiciones necesarias desde un punto de vista nutricional para el desarrollo de los estadios inmaduros del mosquito por otra parte desde un punto de vista epidemiológico es de gran importancia ya que las densidades pupales son muy semejantes a las densidades adultas ya que se ha demostrado que la mortalidad en esta fase del mosquito es casi nula Focks 2003.

1.5. Adultos

El ciclo completo de Ae. aegypti, de huevo a adulto, se completa en óptimas condiciones de temperatura y alimentación, en 10 días.

El adulto emergente es un mosquito de color negro, con diseños blanco-plateados formados por escamas claras que se disponen simulando la forma de una "lira", en el dorso del tórax, y mostrando un anillado característico a nivel de tarsos, tibia y fémures de las patas (Figura 5).

Las hembras hematófagas poseen hábitos de alimentación diurnos, en cercanía a los domicilios humanos, con gran afinidad a la alimentación sobre el hombre. Scott et al 1993 encontraron que mas del 90% de la sangre ingerida por Ae. aegypti correspondió a sangre humana, el resto a animales domésticos como perros y gatos. Estudios realizados en Tucson Arizona mostraron en el análisis de la sangre del estómago de hembras que un 80% de las mismas se alimentaron sobre humanos Hoeck et al (2003). El tiempo para la digestión de la sangre y su consecuente producción de huevos varia de 3 a 5 días dependiendo de la temperatura. La dieta del macho consiste en azucares básicamente tomados de las flores o frutos disponibles en la naturaleza. Después de copular e inseminar a la hembra morirá en un periodo corto de tiempo.

Ae. aegypti no se aleja mucho de sus criaderos, algunas observaciones hacen suponer que pueden alejarse unos 200 o 300 metros y algunos creen que hasta 1 Km. o mas. La distancia de dispersión aceptada para este mosquito es de menos de 150 m (Gubler y Kuno, 1997). Con excepción del hallazgo de Reiter (1995), quien pudo demostrar en Puerto Rico una dispersión máxima de 840m, la mayoría de las investigaciones documentan la distancia de 100-150m.

Se ha medido la distancia del desplazamiento de vuelo de los mosquitos entre las casas; la hembra puede volar un radio promedio de 40 a 60 metros mientras que los machos alcanzan hasta 80 metros. La distancia se halla influida entre otras circunstancias, por la cercanía de criaderos preferidos, la accesibilidad para alimentarse y por los lugares de reposo Badii et al 2007

La reducción de sitios de cría en áreas con presencia de este vector favorece la dispersión del mismo Edman 1998

En Monterrey, México, Ordóñez (1997) liberó 401 hembras sin alimentar y marcadas, después de 19 días de recaptura con ovitrampas pegajosas, recapturo 7,7% de ellas. La distancia que se dispersaron fueron 8m mínimo y 120 máximo, la mayoría (71%) fue recapturada a los 20 m en promedio.

Aedes aegypti es un mosquito con actividad de picada diurna. Chadee et al 1988 describieron el patrón de picada de este vector por medio de un estudio de captura sobre cebo humano definiendo un patrón bimodal con dos máximos de actividad; el primero entre las 6 y 7 a.m. y el segundo entre las 5 y 6 p.m. manteniendo su actividad de picada con niveles bajos durante el resto del día. Estos autores encontraron iguales resultados fuera y dentro de las casas. Esta información de comportamiento del vector del dengue es importante en la transmisión de la enfermedad ya que coinciden los máximos de actividad de picada con horarios de actividad humana en las viviendas y centros de trabajo, además que nos ayuda a definir los horarios para la aplicación de rociados espaciales ULV.

En un estudio realizado por Perich et. al. 2000 en 14 localidades en Panamá encontraron un 75.1% de adultos de Ae. aegypti reposando en salas, cuartos y baños coincidiendo en Cuba demostrando que muy baja cantidad de insecticida alcanza los sitios de reposo dentro de las casas bajo control por medio de ULV con vehículo.

1.6. Clasificación de los criaderos

La presencia de determinadas condiciones en depósitos de agua favorece el desarrollo de determinadas especies de mosquitos. Hay algunas que viven en aguas salobres, otras son de agua dulce y otras crían en aguas totalmente poluídas. El estudio de los sitios de cría es importante para poder realizar un efectivo control de los insectos. Los recipientes artificiales proporcionados por la moderna sociedad industrial son de gran medida el más importante lugar de cría de Ae aegypti (CDC, 1980). (Anexo1)

Esta especie presenta una gran plasticidad ecológica la cual fue demostrada por Marquetti et al 2005 en un estudio realizado en Ciudad de la Habana y donde se reportan 50 tipos de habitats utilizados por esta especie para su cría (Anexo 2)

En estos momentos existe una tendencia a clasificar los depósitos en útiles y no útiles, para la selección de intervenciones apropiadas en relación con el tratamiento o la eliminación proyectada de recipientes en América, sin embargo en nuestras condiciones es importante comprender desde el punto de vista de las necesidades y creencias de la población, la importancia del tipo de depósito ya que pueden existir algunos recipientes que la población los considere útiles y los programas de control en los diferentes países no, sin embargo, si consideramos que se debe intensificar la educación sanitaria de la población para que esta conozca y elija la estrategia a seguir con un depósito determinado, ya sea para su modificación, protección o destrucción.

1.7. Métodos de Vigilancia de Aedes aegypti

Ovitrampas: Es el método de vigilancia o muestreo más común para detectar o monitorear poblaciones de Ae. aegypti (Anexo 3). Esta es un recipiente de cristal pintado de negro desarrollado en 1964 para usarse en el programa de erradicación del vector del dengue en los Estados Unidos, y fue considerado como una técnica sensible y eficiente para detectar poblaciones, aún en bajas densidades del vector. El principal objetivo es el de colectar huevos en la paleta de oviposicion. Estas paletas se extraen semanalmente. Existen opiniones contradictorias entre diferentes especialistas al asociar las capturas de ovitrampas con los muestreos larvales, sin embargo la mayoría coincide en plantear que las ovitrampas no pueden identificarse realmente como criaderos larvales, y ésta es una importante limitación si se piensa llevar a cabo un control larvicida.

En Indonesia Nelson et al. (1976) encontraron que las ovitrampas fueron menos sensibles que las colectas larvales y sobre cebo humano, sin embargo, Reiter y Nathan 2001 le confieren una serie de ventajas como método de muestreo de mosquitos.

Las ovitrampas fueron sustituidas por larvitrampas en el Programa de Erradicación de Ae aegypti en Cuba, la misma consiste en una porción de un cuarto de neumático de automóvil con 45 centímetros de arco y 40 centímetros de cuerda, cerrado en su parte superior colocándose a 50 centímetros del suelo en el interior y exterior de los locales para detectar la presencia de larvas de Ae. aegypti (Anexo 4)

Encuestas larvales: En las encuestas larvales se usan diferentes índices:

n Índice casa

n Índice recipiente

n Índice Breteau

El índice casa ha sido el más usado, aunque se está incrementando cada vez más el uso del índice Breteau. Sin embargo, la interpretación de los índices en relación a riesgo epidemiológico es difícil.

La significación de los índices casa, depósito y Bretaeu es materia de controversia de muchos autores y solo puede ser evaluada empíricamente. En Cuba, en el período 1981-1982 se redujo el índice casa del país desde 35 hasta 0.009 tras el empleo de tratamientos químicos, saneamiento ambiental y medidas legales Tonn et. al. 1985, mientras que en los últimos anos ha ocurrido transmisión con valores inferiores a 5 de los índices casa y Breteau.

Nelson (1992) reportó que la probabilidad de transmisión con valores de índice casa menor que 4 es baja y que existe un alto riesgo cuando es mayor de 50. Generalmente los índices casa y Bretaeu están estrechamente correlacionados y se puede predecir uno a través del otro. Sin embargo, el índice Bretaeu proporciona una mejor evaluación de la producción total de larvas por casa. En un estudio realizado en Malaysia no encontraron relación entre el número de casos de dengue y dengue hemorrágico y los valores de los índices Breteau y el índice casa Sallehudin et al. (1996). Tun-Lin et al. (1996) realizaron una revisión crítica de los índices larvales de Ae. aegypti e incorporaron el índice de productividad de los criaderos sugiriendo su uso en la vigilancia del vector del dengue.

Soper (1965) constató que las epidemias urbanas disminuían cuando el índice casa era inferior a 5. Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el índice casa debe estar por debajo de 1 para evitar todo riesgo de epidemia y que este valor brinda un gran margen de seguridad, pero esto no parece resultar de estudios epidemiológicos precisos. Otras informaciones disponibles destacan que el umbral de daño epidémico es más alto, con un valor aproximado de 5.

En cuanto a la interpretación de los valores del índice depósito es difícil, ya que este puede ser bajo porque existan unos pocos recipientes con larvas pero pueden estar produciendo grandes números de adultos, lo que indicaría que el control no es necesario y sin embargo, la población humana está sujeta a una tasa de picadura alta, estando latente el riesgo de transmisión (Service, 1992). Hay que destacar que los índices larvales son una indicación deficiente de la producción de adultos por ejemplo, es muy probable que las tasas de adultos emergentes en los depósitos de agua de lluvia difieran en gran medida de las existentes en latas, botellas o en axilas de plantas, pero con una encuesta larvaria solo quedarán registradas como positivos o negativos; de ello se deduce que poblaciones con índices larvales semejantes pero obtenidos de distintos tipos de recipientes pueden presentar densidades de poblaciones adulta y potenciales de transmisión diferentes.

Entomólogos de diversas partes del mundo han comparado los índices larvales, pero a menudo alcanzan varias conclusiones acerca de su valor. Esto sin embargo, no es sorprendente si se relaciona la naturaleza diversa de las diferentes áreas, tipos de habitats larvales y niveles de poblaciones larvales. Hasta este momento ninguno de los índices larvales ha mostrado correlación consistente con la transmisión del dengue en particular. Espinoza et. al 2001 encontraron que factores como la temperatura, el uso de tratamientos químicos, así como el grado de conocimientos, actitudes y practicas de la comunidad pueden modificar los índices larvales.

Bang et al. (1981) introdujeron el índice Stegomya que relaciona el número de recipientes positivos por cada mil personas. Aunque epidemiológicamente éste es mejor que el Breteau, es difícil en la práctica obtenerlo ya que se necesita tener un censo preciso de la población humana.

En un intento de relacionar los diferentes índices, la OMS ha tabulado una serie de cifras de densidades (1-9), derivada de los 3 principales índices larvales. Una cifra de 5 se toma para indicar que el tamaño de la población de Ae. aegypti ha alcanzado un nivel que representa una amenaza a la transmisión urbana de fiebre amarilla ; pero índices mayores de este valor se han encontrado en ausencia de transmisión de ésta enfermedad, y obviamente otros factores tienen que tomarse en cuenta para la posibilidad de transmisión. Espinoza et al 2001 encontraron que la temperatura y el uso del insecticida malation modificaron los índices larvales de Ae aegypti en Colima, México

El método de una larva por recipiente se desarrolló en Tailandia para facilitar las encuestas de todo el país al consumir mucho menos tiempo que los métodos convencionales de colectar varias larvas por recipiente. Este método se ha utilizado principalmente en Asia y fue adoptado por Hi (1979) quien reportó como muy útil en la evaluación de medidas de control en Malasia. En Nigeria Bang et al. (1981) concluyeron que aunque este no siempre brinda los mismos resultados que los métodos de muestreo larval clásicos, sin embargo se utilizaba para el monitoreo de poblaciones larvales por su mayor velocidad.

En México se está evaluando recientemente el llamado índice Maya para establecer el riesgo de transmisión en una localidad y prevenir brotes de dengue Lozano et al., (1998)

Con el objetivo de relacionar los índices con la presencia de formas adultas, la Organización Mundial de Salud propuso los denominados niveles de densidades. Los presentados por escala con valores de 1 a 9, construida mediante medidas obtenidas en 175 localidades los coeficientes fueron calculados simultáneamente (WHO, 1972). Así por ejemplo, valor superior a 5 correspondería a índice de Breteau mayor de 50 indica elevado riesgo de transmisión. Todavía no se ha llegado a un consenso sobre cual será el valor que indicaría el límite inferior encima del cual ocurriría el riesgo. En vista de la preocupación se evaluara la producción de adultos, lo que significa la contribución de criaderos para la densidad poblacional de alados.

(Tun-Lin et. col, 1995,1996) propone el índice de productividad de adultos conociendo el producto entre el número de recipientes positivos y la media de larvas encontradas.

Encuestas pupales: Las densidades larvarias, su distribución espacial y los recipientes utilizados como criaderos, son actividades fundamentales de los programas de Vigilancia y control del dengue y su vector Ae.aegypti. los índices larvarios mas utilizados son el índice Breteau , el índice casa y el índice recipiente, sin embargo existe una tendencia cada vez mayor a la perdida de la validez de los valores proporcionados por estos para predecir brotes o epidemias de dengue. Durante los últimos anos se viene realizando estudios encaminados a la vigilancia pupal de este vector en varios países de diferentes regiones del mundo (Focks 2003). Esta vigilancia se apoya en elementos como lo son: la factibilidad de contar el numero de pupas en los distintos recipientes en el ambiente domestico, en la facilidad de distinguir la pupa de este vector del resto de otras especies de mosquitos, en la baja mortalidad de este estadio por lo que se corresponde en su totalidad con el numero de adultos que produce el recipiente; (aspecto fundamental en el soporte de esta vigilancia entre otros.

El uso de medidas pupales para evaluar riesgo de transmisión de dengue surge como una necesidad ante los resultados contradictorios en los distintos países sobre la utilidad de los índices larvales en momento de transmisión. Newton y Reiter 1992 presentaron un estimado menor de 0.25 pupas de Ae aegypti por personas en un rango de 26 y 300C en Honduras mientras que Focks et. al 2000 menciona algunos valores umbrales de riesgo de transmisión en base a medidas pupales en Puerto Rico, México y Trinidad y Tobago además de plantear que el significado epidemiológico actual de cualquier categoría de depósito se establece como una función de la producción pupal y la abundancia del mismo. En Cuba pudimos determinar que los depósitos positivos a pupas de Ae. aegypti correspondieron a tanques bajos, depósitos artificiales, bebederos de animales y gomas siendo los dos primeros lo que aportaron mas a la producción de adultos y de mayor importancia epidemiológica por su frecuencia de aparición en el ecosistema urbano en la zona estudiada coincidiendo con Focks y Chadee 1997 y Portillo 2005.

En un estudio realizado por Bisset et al 2008 se encontraron los mayores valores de longitud de alas en los adultos emergidos de bebederos y gomas con (3,07±0,104 y 3,31± 0,95 mm) respectivamente con un promedio general de longitud de ala de hembras emergidas de 2,95± 0,25 mm. En estas mismas categorías encontraron los mayores valores de factor de riesgo con 2,15 y 5,31 respectivamente coincidiendo con Favier et al 2006 en Brasil..

El proceso utilizado para la biomasa pupal de Ae. aegypti se basa en propuesta de Focks et. al. (1981). Así tratándose de criaderos de tipo grande, el potencial de emergencia media diaria de adultos hembras podrá ser estimado con la media de números de pupas colectadas en muestras de criaderos por el porcentual de formas inmaduras de Ae. aegypti encontrado en la verificación de recipientes de un área determinada, donde la proporción de sexos es aproximada de 1:1 de machos y hembras con 2 días de duración del periodo pupal.

La ocurrencia de criaderos de Ae. aegypti se encuentra en dependencia de hábitos de la población con la cual el convive. Los factores educacionales que permiten la cultura poblacional desempeña un papel relevante en la dinámica de este mosquito y tales factores son llevados en cuenta en la vigilancia sobre la infestación por parte de culícidos.

Capturas de adultos picando : Los procedimientos de muestreos adultos pueden proporcionar datos valiosos para estudios específicos como variación estacional, dinámica de transmisión o la evaluación de las intervenciones para el control del mosquito adulto, sin embargo , los resultados son menos reproducibles que los obtenidos mediante el muestreo de las etapas inmaduras del insecto, ya que los dos métodos empleados para la captura de adultos (cebo humano y captura en reposo intradomiciliario) dependen de otros factores como son, en el caso del cebo humano, atracción al cebo, conducta antropofílica y horario de actividad hematofágica del vector; y en las capturas en reposo la tendencia que tenga la especie de reposar dentro o fuera de las viviendas Ae. aegypti característicamente presenta un máximo de actividad hematofágica temprano en la mañana y otro al final de la tarde, períodos en los que la mayoría de las situaciones coinciden con la actividad humana, incrementándose de esta forma las posibilidades de contacto mosquito-hombre.

Fox & Specht (1988) trabajando en Puerto Rico sugirieron que las colectas sobre cebo humano de 5 minutos eran buenas para detectar la presencia de Ae. aegypti en áreas de alta densidad. Tidwell et al. (1990) enfatizaron que es necesario establecer varias estaciones de captura en un área dada para obtener datos confiables del tamaño relativo de las poblaciones del vector.

Giglioli (1979) trabajando en el Caribe, y Slaff et al. (1983) en Estados Unidos consideraron que las colectas sobre cebo humano eran inadecuadas para monitorear poblaciones de Ae. aegypti.

En la República Dominicana Tidwell et al. (1990) compararon los 3 principales índices con un “índice densidad adulta de hembras”. Este se definió como el número promedio de hembras capturadas en 5 minutos por dos hombres en aproximadamente 25 casas seleccionadas al azar en diferentes áreas de la ciudad. Ellos usaron jamos de 12 pulgadas de diámetro, poniendo particular atención a la búsqueda debajo de las mesas, sillas, camas y otras partes de la casa. La media de captura varió de 1.22-15.04 mosquito por casa, pero no se encontró una relación significativa entre estas densidades de adultos y cualquiera de los índices larvales; algo similar reportó Gil-Bellorin (1991) en Honduras al no encontrar asociación entre los índices larvales en las casas y las colectas de adultos en reposo. Esto es una seria limitación ya que es el tamaño relativo de la población adulta lo que tiene importancia epidemiológica y lo más apropiado para evaluar la efectividad de medidas de control Focks 2003

Trampas de luz, de atracción visual y otras: Aunque las trampas de luz son muy útiles para el monitoreo de vectores de arbovirus, es bien conocido que ellas son generalmente inefectivas para el muestreo de Ae. aegypti . Por esta razón se han hecho intentos para desarrollar trampas de atracción visual tales como la trampa de Fay-Prince, 1970), la cual se usó en Estados Unidos pero con éxitos muy limitados. Giglioli (1979) señaló que las técnicas de muestreo de adultos eran inadecuadas por esta razón y debido a la pobre efectividad de la trampa Fay-Prince, diseñaron una trampa de atracción visual, que es más compacta, ligera y más fácil de hacer que la de Fay-Prince. Esta consiste básicamente en una trampa CDC (Center Disease Control) invertida sin el bombillo y con un cuerpo cilíndrico plástico pintado de negro. Sin embargo, en ensayos en New Orleans ésta probó ser tan efectiva como la trampa Fay -Prince.

1.8 Competencia entre especies de mosquitos

Ae aegypti y Ae albopictus usan los mismos tipos de receptáculos artificiales de agua y varios estudios indican que Ae albopictus y Ae aegypti pueden compartir el mismo habitat (Chan et al.1971; Azzizar 1980, Nasci et al. 1989; OMeara et al 1993). Debido a esta asociación se ha planteado la hipótesis de que en algunas partes del sudeste asiático Ae aegypti ha sustituido completamente a Ae albopictus autóctono en zonas urbanas (Pant et al 1973). Por el contrario, las observaciones sobre la dispersión de Ae. albopictus en los estados costeros meridionales de los Estados Unidos indican que la expansión parece producirse a expensas de Ae aegypti. La introducción de Ae albopictus se ha acompañado de una drástica y rápida disminución de las poblaciones de Ae aegypti (Nasci et al, 1989; OMeara et al. 1993

Hay que destacar por otra parte que la presencia de Ae. albopictus se manifiesta en lugares más rurales que los utilizados por Ae. aegypti . O’Meara et al. (1992) en un estudio realizado en la Florida, destacaron la presencia de esta especie principalmente en cementerios, mientras que Hornby et al. (1994) en este mismo estado encontraron una colonización rápida de esta especie en grandes extensiones de zonas rurales.. Braks et. al 2003 en Brasil y Florida observaron una alta asociación de ambas especies en las mismas trampas de oviposicion, mientras que Costanzo et. al. 2005 encontraron en condiciones de laboratorio que las densidades y supervivencia de Ae. albopictus se afectó por la presencia de Cx. quinquefasciatus.

La preferencia de habitats para su cría en los lugares donde se encuentra esta especie corresponde a gomas, depósitos artificiales y tanques de metal (Seng, 1994; Kay, 1995; Ogata y López 1996), coincidiendo con estudios realizados en Cuba Marquetti et al 2000 los cuales encontraron predilección por los depósitos artificiales, específicamente las latas, gomas y árboles y plantas.

En cuanto a su asociación con otros culícidos en Cuba se evidenció con las especies más comunes en el área G. mediovittata , Cx. quinquefasciatus y Ae. aegypti existiendo una tendencia por parte de todas las especies a la colonización individual de los criaderos.

Hay que mencionar una cierta predilección de G. mediovittata y Ae. albopictus por las larvitrampas dispositivo utilizado como sistema de vigilancia que se desarrolla en Cuba por el Programa de erradicación del vector del dengue. Este comportamiento de compartir el mismo sub-nicho reproductivo, debe tenerse en cuenta en momentos de baja densidad de Ae. aegypti que es cuando se incrementa la presencia de las otras especies y pudiera existir una cierta competencia entre éstas, que pudiera interferir en el papel de las larvitrampas como sistema de vigilancia, en el momento de detectar presencia de Ae. aegypti, aunque en un estudio de comportamiento larval en condiciones de laboratorio realizado en nuestro país se comprobó la dominancia de Ae. aegypti sobre G. mediovittata (Moreno, 1999).

Kay (1995) en un estudio realizado en Fiji encontró Ae. albopictus coexistiendo con Ae. aegypti, Aedes polynesiensis y Aedes pseudoscutellaris. En la Florida este mosquito se ha convertido en dominante en los depósitos de cría en áreas suburbanas, pero no así en áreas urbanas. Por otra parte no ha sido capaz de desplazar a Ae. aegypti de las áreas urbanas y suburbanas segun Hornby (1994). En Cuba es necesario destacar el incremento de la positividad de los depósitos a Ae. aegypti lo que lleva aparejado un predominio de la presencia de esta especie en área urbana y una disminución de las otras especies en el mismo incluyendo Ae albopictus Marquetti 2006.

1.9 Papel vector del Aedes aegypti.

El papel vector del Ae. aegypti como transmisor de enfermedades en los humanos, se demostró por primera vez en 1900 – 1901, cuando estudios en Cuba sobre la fiebre amarilla, realizados por el Eminente Científico Carlos J. Finlay estableció que esta especie era el vector transmisor de la misma. En Australia, en 1906 se sugirió que este mosquito era el vector transmisor del Dengue.

Durante siglos la fiebre amarilla fue una grave enfermedad en los trópicos de América y África, que se extendía durante los veranos a las áreas templadas, en violentas epidemias con alta mortalidad. Mas adelante, en las Américas, se descubrió un ciclo selvático de la fiebre amarilla entre mamíferos (principalmente en algunas especies de monos) y en mosquitos del genero Haemagogus.

En África existe un ciclo similar mamífero – mosquito, en el cual el Aedes africanus y Aedes luteocephalus son las especies de importancia selvática, mientras que Aedes simpsoni es la de importancia peri doméstica. El hombre adquiere la infección cuando entra en el bosque y son picados por los mosquitos infectados (CDC, 1980).

En el continente americano se repiten brotes de fiebre selvática en países como Bolivia, Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y Trinidad y Tobago. En Colombia han ocurrido brotes en poblaciones rurales, sin embargo a pesar de la migración de pacientes virémicos a ciudades y pueblos cercanos altamente infestados con Ae. aegypti, en las ultimas cuatro décadas, no se ha registrado transmisión urbana en el Continente Americano, desconociéndose la razón de este fenómeno. A pesar de la presencia de esquemas de inmunización contra esta enfermedad, en el 2004 se reporto fiebre amarilla en cinco países de Sur América (Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Venezuela) con una tasa de casos fatales de un 47% mayor que el 11% reportado por el continente africano (WHO, 2005)

En el Caribe la lucha antivectorial esta orientada casi exclusivamente contra el Ae. aegypti, por ser el mas importante y tal vez el único trasmisor en esta región de varios arbovirosis como el Dengue y la fiebre amarilla urbana, lo que le confiere gran importancia desde el punto de vista médico y epidemiológico, además de constituir molestia pública.

Para Ae. aegypti en la actualidad, su rol de vector de virosis en las Américas, se centra especialmente en su papel como transmisor de dengue (OPS, 1994)

La fiebre del dengue se considera actualmente como la enfermedad re emergente viral trasmitida por los mosquitos de mayor importancia epidemiológica. En los pasados 30 años hubo un incremento dramático en su diseminación geográfica, número de casos y severidad. Hoy día, dos y medio billones de personas en el mundo están en riesgo de contraer la enfermedad, sobre todo en áreas pertenecientes a los países tropicales en vías de desarrollo. Cada año se estima una cifra de enfermos de decenas de millones, cientos de miles de estos contraen la forma más severa de la enfermedad, la fiebre hemorrágica del dengue, la cual es causa de hospitalización y muerte en muchos países.

El Dengue es una enfermedad comúnmente llamada fiebre rompe-huesos, se caracteriza por fiebre alta, dolores agudos en la cabeza, articulaciones, músculos y huesos. Es una infección viral de los trópicos y subtrópicos trasmitidas por mosquitos, con consecuencias epidémicas.

La enfermedad, producida por un flavivirus que posee cuatro serotipos (1, 2, 3 y 4), se caracteriza por un período de incubación de siete a diez días, seguido por un cuadro febril agudo de tres a cinco días de duración; acompañado de cefalea, mialgias, artralgias, dolor retrorbital, anorexia, alteraciones gastrointestinales y erupción máculo papular. Posee una convalecencia duradera, con fatiga y depresión persistentes. Es frecuente registrar adenopatías y leucopenia, con linfocitosis relativa, acompañada de ocasional trombocitopenia. La letalidad de este cuadro no complicado es muy baja. El diagnóstico de laboratorio se puede establecer por reacciones de ELISA, de inhibición hemoaglutinación, fijación de complemento o aislamiento del virus con tipificación por monoclonales (Carrada 1984; OPS 1987; OPS 1995)

La forma complicada de dengue hemorrágico se caracteriza por fiebre alta, fenómenos hemorrágicos, hepatomegalia y shock. Entre los datos de laboratorio, destaca una trombocitopenia moderada y hemoconcentración intercurrente. Esta presentación posee dos formas clínicas: dengue hemorrágico sin shock y síndrome de shock por dengue. Durante la Segunda Guerra Mundial estudios resumidos por Sabin (1952) presentaron dos tipos serologicos del virus del Dengue (I y II) mientras Hammon et al. (1960) reportaron dos tipos serologicos adicionales III y IV en las Filipinas.

El Dengue hemorrágico fue descrito en Filipinas por Hammon et al (1977) y limitado al Asia Sudoriental y Pacifico Occidental hasta 1981. Esta enfermedad constituye un problema de salud pública por la elevada morbilidad y mortalidad que ocasiona (Halstead, 1980).

En las Américas a pesar de que los virus del dengue circulan desde hace unos treinta años

(Anderson et al. 1956 ; Russell et al. 1966 ) la enfermedad hemorrágica no se manifestó, al menos en forma epidémica, y durante ese período sólo se comunicaron casos esporádicos (Fraser et al. 1978 ; López Correa et al. 1978).

Gubbler y Costa Velez (1992) apuntaron que la reinvasión de la mayor parte de la América Tropical por Ae. aegypti , la falta de medidas eficaces para combatir los mosquitos, la creciente urbanización y el aumento de los viajes aéreos han dado como resultado la hiperendemecidad del dengue y el aumento de la incidencia de dengue hemorrágico.

A esta especie también se le ha mencionado relación con la transmisión de otras infecciones virales y de algunos nematodos (Pérez Vigueras, 1956).

2.0 Medios de lucha usados en el control de vectores con énfasis en Aedes aegypti

Tradicionalmente las actividades de lucha antivectorial en las Américas han sido efectuadas por los ministerios de salud. Durante los decenios de 1930 y 1940, se enfatizó en medidas de ordenamiento del medio. Al iniciarse las campañas de erradicación del paludismo y Ae. aegypti , se recurrió más a los plaguicidas químicos para combatir los mosquitos vectores del paludismo, la fiebre amarilla y el dengue, siendo muy escasos los intentos de lograr la participación de las comunidades en estas actividades.

En la actualidad la lucha antivectorial en el Caribe está orientada casi exclusivamente contra Ae. aegypti y una creciente proporción de los programas se basan en medidas de higiene del medio que pone en práctica la comunidad.

2.1 Lucha química. La insistencia en el ordenamiento del medio para la lucha contra vectores y reservorios de animales casi desapareció con el desarrollo de las medidas químicas de control. Los plaguicidas de acción residual y amplio espectro parecieron tan efectivos, que se tuvo a la vista la erradicación de importantes enfermedades transmitidas por vectores.

Este objetivo fue demasiado optimista ya que el uso indiscriminado de sustancias químicas favoreció la aparición de resistencia a los insecticidas en los vectores y pudo, por otra parte, ocasionar efectos dañinos en especies inocuas susceptibles a los mismos, así como una paulatina contaminación ambiental (OMS, 1980). La resistencia a los insecticidas se ha definido como la habilidad en una variedad de insectos de tolerar dosis de sustancias tóxicas que resultan letales para la mayoría de los individuos de una población normal de la misma especie (WHO, 1957), mientras que la (FAO, 1970) la define como la respuesta disminuida de un misma especie de animal o planta a un plaguicida o agente de control como resultado de su aplicación.

En algunos países del Caribe y otras áreas tropicales de las Américas, se ha detectado la aparición de cierto grado de resistencia a los compuestos organofosforados, reportándose de manera más o menos detallada, manifestaciones de resistencia en cinco especies del género Culex al malatión, temefos, clorpirifos y fenitrotión (OMS, 1980). Darjaniva et al 2001 encontraron susceptibilidad de una cepa de Ae. aegypti de Venezuela a temefos, fenitrotion y methyl pirimifos y resistencia a malation.

En Cuba Bisset et al. (1990) demostraron que el modo de herencia de la resistencia al malatión en Cx quinquefasciatus era de tipo monofactorial y dominante.

Por otra parte, la resistencia a piretroides, hasta hace poco, sólo se había observado a escala local en Dinamarca y Suecia en poblaciones de Musca domestica. Priester y Georghiou (1978) lograron una cepa de Cx. quinquefasciatus resistente a permetrina, por selección en el laboratorio, mientras que Halliday y Georghiou (1984) demostraron la evidencia del incremento de la resistencia a piretroides en larvas de esta especie. La preocupación de la posibilidad de que la resistencia a los piretroides se pueda desarrollar con rapidez está latente, ya que se ha demostrado que existe una estrecha relación entre la resistencia al DDT y la resistencia a estos compuestos. Pérez y Darjaniva 2001 encontraron resistencia del vector del dengue a lambdacialotrina, cyflutrin y deltametrina en el estado de Aragua en Venezuela. Estudios realizados por Somboon et. al. 2003 en Tailandia encontraron altos niveles de resistencia a DDT en cepas de Ae. aegypti y Ae. albopictus siendo el primero también resistente a permetrina y deltametrina. En Cuba Calderón (2005) encontró susceptibilidad de una cepa de Ae. aegypti de Santiago de Cuba a lambdacialotrina, clorpirifos y cipermetrina mientras que los adultos mostraron resistencia moderada a lambdacialotrina y cipermetrina y susceptibilidad a clorpirifos, mientras que Montada et. al. 2005 encontraron susceptibilidad a estos insecticidas trabajando con adultos pertenecientes a una cepa del municipio Playa. Por otra parte Bisset et. al. 2005 al comparar dos poblaciones de mosquitos Ae. aegypti con diferente conducta de reposo en Santiago de Cuba demostró que no existían diferencias morfológicas significativas, además de mostrar ambas un patrón de resistencia similar y no mostrar polimorfismo genético entre ellas.

2.02. Insecticidas utilizados en programas anti vectoriales.

Entre los insecticidas más usados para controlar las larvas de mosquitos se encuentran los organofosforados, los organoclorados, los reguladores del crecimiento y los derivados del petróleo. Para el control de los adultos se usan fundamentalmente organofosforados y piretroides.

En el control larval de Ae. aegypti el insecticida más usado es el temefos al 1% y se ha estudiado el efecto de dosis subletales de este insecticida sobre la fecundidad y longevidad de Ae. aegypti . Reyes et al. (1990) encontraron que los adultos nacidos de larvas expuestas a dosis subletales de temefos, ovipositaron solamente en los dos primeros ciclos gonadotróficos y ponían unos pocos huevos después de la tercera ingestión de sangre. Las hembras expuestas resultaron ser más longevas que el control.

En Puerto Rico se ha usado temefos al 5 y 10% en gomas usadas y brindando buenos resultados para el control de las larvas de esta especie (Novak et al . 1985).

Moura y Aragao (1987) encontraron que un mes después de haber tratado los depósitos focalmente con temefos al 1% y perifocalmente con fenitrotión polvo humectable al 2.5% sólo fue efectivo el tratamiento focal, no ocurriendo así con el tratamiento perifocal. Cilek et al. (1991) probaron la eficacia de tres formulaciones de temefos para el control de Ae. aegypti.

En Santo Domingo la susceptibilidad de los adultos y las larvas de esta especie fue investigada empleando las pruebas estandarizadas de la OMS y se halló resistencia al temefos en larvas y en los adultos al DDT, malation, propoxur, permetrina y deltametrina . (Mekuria et al. 1991). Por otra parte estudios realizados por Macorís et al 2003 con poblaciones de Ae. aegypti en Sao Paulo encontraron moderados niveles de resistencia a temefos y fenitrotion asociados con la presencia de esterasas mientras que Paeporn et al. 2003 sugirieron que la resistencia a temefos desarrollada por cepas en Tailandia su mecanismo es basado en detoxificación esterasa.

Liu y Visualingam (1990) señalaron que la lambdacialotrina y la cipermetrina usados en nebulización térmica, son eficientes contra Ae. aegypti , aunque la primera tiene 2.5 veces más knock down y cinco veces más actividad adulticida que la segunda.

La eficacia de las aplicaciones ULV aéreas y terrestres con malatión fue evaluada en Santo Domingo, empleando para ello colectas de adultos intradomiciliarias y trampas de oviposición, los autores señalaron que ninguno de los métodos fueron eficaces para suprimir Ae. aegypti a niveles incapaces de transmitir el agente viral (Perich et al . 1990)

Gratz (1991) plantea que la lucha antilarvaria y los métodos de control ecológico, sólo retardan el control de las poblaciones adultas, en su criterio el tratamiento ULV resulta satisfactorio para el control de las poblaciones adultas y señala las experiencias con esta técnica de tratamiento tan exitosa, llevadas a cabo en el sureste asiático, Sur América y África: apunta que lo más importante para este tipo de tratamiento es la dosis empleada y el tamaño de las gotas.

En Colombia se realizaron evaluaciones para determinar la eficacia de aerosoles ULV, de fenitrotión grado técnico, empleando equipos de arrastre y portátiles, concluyendo que ambos métodos pueden lograr el control. También se combinó el tratamiento perifocal con fenitrotión y fentión y el tratamiento focal de los depósitos con temefos, consiguiendo un excelente control de Ae. aegypti. Estos autores indicaron que el método de tratamiento ULV es más rápido para controlar las infestaciones de este vector (Motta et al. 1978).

Uribe et al. (1983) comprobaron la eficiencia del tratamiento ULV aéreo con malatión en caso de epidemia, en zonas urbanas, para controlar Ae.aegypti y disminuir los casos de dengue. Focks et al. (1987) evaluaron tratamientos ULV y señalaron como muy recomendable en epidemias para el control de los adultos de Ae. aegypti.

En Trinidad se efectuaron experiencias con tratamiento perifocal, focal y rociado de las paredes interiores de las viviendas con fentión y ULV extradomiciliario. Los resultados mostraron el mayor porciento de reducción en las áreas donde se realizó tratamiento focal y rociado de las paredes. El autor sugiere que el rociado de las paredes en el interior de las viviendas es más efectivo que el ULV para reducir las poblaciones de este vector, señalando que los criaderos ocultos constituyen el principal problema para nuevas infestaciones en áreas tratadas (Chadee, 1990).

Recientemente se utilizó en Colombia el insecticida cyfluthrin como adulticida obteniéndose buenos resultados en la reducción de las poblaciones del vector del dengue Suárez et al., (1998)

En Cuba en el programa de control de Ae. aegypti durante las operaciones de control de poblaciones larvarias se utiliza el abate o temefos que se aplica a todos los recipientes ya sean negativos o positivos a mosquitos dentro o fuera de las viviendas, en estos momentos el ciclo de abate es cada 11 días aunque en etapas intensivas puede llegar hacer cada siete días. En el control de adultos se han utilizado diversos tipos de insecticidas pertenecientes a los grupos organofosforados (Fention, Clorpirifos, Malation); piretroides (Cipermetrina, Landacialothrina, Galgotrin) y carbamatos (Propoxur) entre otros.

2.3. Aspectos generales del control biológico de mosquitos.

Los métodos de control biológico contra los vectores de enfermedades se usan desde principios de siglo, debido a su bajo costo, persistencia en el medio, no producen resistencia y por sobre todo, no alteran el ecosistema.

Estudios realizados en Puerto Rico demuestran el efecto de Bacillus thuringiensis H-14 contra larvas de Ae. aegypti , encontrando que las formulaciones granulares de esta bacteria controlaron al vector en gomas por 19-37 días y empleado en forma de briquetes mostró una actividad larvicida en grandes contenedores de concreto por 26 a 78 días ( Novak et al. 1985). La muerte de la larva se produce por la ingestión de los cristales parasporales producidos durante la esporulación de la bacteria (Khawaleda, 1992). En Tailandia se efectuaron evaluaciones de laboratorio con esta bacteria, empleando larvas de tercer y cuarto estadío de Ae. aegypti, resultando el bio-preparado muy efectivo ( Pipitgool et al. 1991). Pineda et. al. 2005 realizando un control de culícidos en criaderos permanentes comprobó la recuperación larval en los criaderos tres semanas después de realizar una aplicación con Bacillus thuringiensis SH-14 en Cuba.

Entre los hongos entomopatógenos se han empleado las especies Coelomomyces stegomyae, Lagenidium giganteum y Beauveria bassiana. El primero fue probado en Taiwan, usando el copépodo Phyllognathopus vigueri como hospedero intermediario

(Lien y Lin, 1990). El segundo fue probado en diferentes tipos de depósitos contra Ae. aegypti y el hongo persistió por 10 semanas, reciclando en las larvas de esta especie. La reducción fue mayor cuando se usó en gomas que en barriles y recipientes de concreto (Rueda et al. 1990). Bioensayos de laboratorio con blastosporas y conidiosporas de B. bassiana (cepa 2016) contra larvas de Ae. aegypti han demostrado diferencias en la potencia larvicida de los diferentes estadíos de este hongo ( Mirampuri y Klachatourians, 1990 ).

En China se ha probado la eficacia del uso de los peces Gambusia affinis , Poecilia reticulata, Tilapia mossambica y Sarotherodon niloticus como biorreguladores de las poblaciones de Ae. aegypti ( Wang et al. 1990 ). Otro método de control muy utilizado es el uso de nemátodos parásitos de larvas de mosquitos Rodríguez et. al. 2005 comprobó el efecto patogénico de tres nemátodos sobre larvas de Ae. aegypti en condiciones de laboratorio en Cuba y recomienda su uso en depósitos artificiales no útiles que permanezcan con agua por un tiempo.

Las especies de copépodos Macrocyclops albidus y Mecocyclops longisetus han sido evaluadas para controlar Ae. aegypti en gomas, resultando efectivos para la eliminación total de esta especie después de seis a ocho semanas de la introducción del agente de control ( Novak et al. 1985). (Menéndez et. al 2004; Rey et. al. 2004; Suárez et. al 2005) encontraron una alta eficiencia en el control del vector del dengue tanto en condiciones de campo como de laboratorio con Macrocyclops albidus, mientras que Kay et al. 2005 en Viet Nam desarrollaron una estrategia de control de los casos de dengue usando especies de copépodos como control biológico de larvas de Ae. aegypti resultando en una reducción de los mismos.

Según estudios realizados en el laboratorio por Sherrat y Tikasing (1989) la especie Toxorhynchites moctezuma actúa como predador de larvas de Ae. aegypti , siendo su mayor actividad sobre el segundo instar de las presas.

Se han realizado además, estudios con Spiroplasma taiwanensi planteando los

control integral de mosquitos, específicamente de Ae. aegypti ( Humphrey et al. 1991 a, b).

2.4 Participación comunitaria.

Las acciones de higiene, saneamiento básico, control de vectores y específicamente las de control y prevención del Dengue, en su mayor porcentaje dependen del desarrollo de acciones intra domiciliarias con tecnología y recursos presentes en todas las casas y comunidades. Lo que se requiere es una dosis de motivación para la acción, el desarrollo de las destrezas necesarias a nivel de hogar y un ambiente comunitario e institucional facilitador y apoyador.

En el caso del Dengue, la participación comunitaria es una pieza clave por otra razón más, la presencia de criaderos en espacios comunitarios. Por lo tanto, el abordaje comunitario en el cambio de la conducta no sólo es recomendable sino necesario e indispensable para el éxito de todas las acciones. Se ha demostradoque el éxito de un programa sanitario o ambiental se basa en un esfuerzo comprensivo que incluye la participación explicita de la comunidad. Una oferta puramente técnica, dependiente y paternalista que no tome en cuenta las prioridades, costumbres, tradiciones y creencias locales pueden hacer fracasar en corto tiempo un programa de apoyo sanitario.

La participación comunitaria se entiende como la capacidad que tiene un grupo social o la comunidad para gestionar decisiones y apoyos para solucionar determinado problema como el caso de los criaderos de Ae. aegypti en las viviendas o en la comunidad.

Todas las medidas de control comunitario de Dengue y las acciones domiciliares de mejoramiento del saneamiento básico deberían depender de decisiones personales, familiares y comunitarias, como las escuelas, clubes juveniles, iglesias, grupos de mujeres, y comités de salud entre otros. También las conductas del personal institucional tienen efecto no sólo en el control del vector, sino que influyen considerablemente en las conductas de los pobladores (USAID, 2002)

Para establecer un programa de control de este mosquito basado en la participación comunitaria y de forma integral, debe hacerse énfasis en la reducción de las fuentes del vector por la población que crea el problema (Gubbler, 1989).

Las prioridades establecidas por las autoridades de salud pública, frecuentemente no coinciden con las de la comunidad. En estudios realizados en Trinidad y Tobago, se encontró que existía un alto nivel de desconocimiento en la etiología y los riesgos asociados al dengue. Para las amas de casa, los problemas más importantes que requerían tratamientos con pesticidas eran, las molestias que causaban los mosquitos nocturnos y las plagas de roedores. Los autores no encontraron correlaciones entre el conocimiento del dengue y la abundancia de Ae. aegypti (Rosenbaum et al. 1995).

En Honduras en una localidad llamada El Progreso, se logró una relativa reducción de los índices larvales mediante la participación comunitaria y educación sanitaria

(Leontsini et al. 1993, Fernández et al. 1998). En Panamá también se han realizado trabajos para involucrar la comunidad en la erradicación de Ae. aegypti destacándose los realizados por ( Turner et al., 1998, Quiroz et al., 1998)

En el programa de erradicación del dengue en Puerto Rico, está incluida la participación comunitaria, como una vía para la reducción de los criaderos del mosquito (Gubbler y Clark, 1994 ).

Durante la epidemia de dengue ocurrida en el Sur de Taiwán, durante 1987 y 1988, con 10 420 casos reportados, se efectuó primeramente fumigaciones espaciales con insecticidas, observándose un gradual incremento en las densidades del vector en los primeros cuatro meses posteriores a los tratamientos, alcanzándose la reducción de las poblaciones del mosquito y del número de enfermos, con una campaña de promoción sistemática (Wang y Roam, 1994)

En Brasil usando cartas como canal de comunicación en la comunidad no encontraron resultados positivos en la prevención del Dengue y el control del

mosquito (Mazine et al. 1996) mientras que en Vietnam se llevó a cabo la

erradicación de Ae. aegypti en una villa usando copépodos (Mesocyclops) y participación comunitaria (Vu et al .1998).

Para alcanzar niveles adecuados de participación comunitaria es necesario, confeccionar programas encaminados a cambiar la conducta de las personas con respecto al vector (Lloyd et al .1992 ).

2.05 Saneamiento del medio. Control integrado.

El saneamiento del medio está definido como cualquier modificación del medio ambiente que impida o reduzca al mínimo la propagación de vectores o el contacto hombre-vector-organismo patógeno (OPS, 1995). Se definen tres tipos:

n Modificación del medio: son transformaciones físicas duraderas en el hábitat de los vectores.

n Manipulación del medio: son cambios temporales en los hábitats de los vectores, entre los que se pueden citar almacenamiento adecuado de agua, el reciclaje o eliminación de envases inservibles el tratamiento o eliminación de los criaderos naturales.

n Cambios de la vivienda o comportamiento humano: el objetivo es reducir el contacto hombre-vector-organismo patógeno con la aplicación de repelentes, instalación de telas metálicas en puertas y ventanas, uso de mosquiteros, etc.

El control integrado se define como la combinación de todos los medios disponibles de la manera más eficaz, económica y segura para mantener las poblaciones de los vectores a niveles aceptables (OPS, 1995).

El uso del control integrado reportó buenos resultados en la eliminación de epidemia de dengue en Suva, Fiji durante los años 1978-1979, Singapur en 1966-1981, Tanzania en 1972 y en el control de la epidemia ocurrida en Cuba durante 1981.

Anexo 2. Recipientes utilizados por Aedes aegypti para su cría en áreas urbanas.

Tipo de recipiente

Recipientes Artificiales

Recipientes de

Uso humano

Naturales

Aguas

Contaminadas

Útiles

No útiles

Tanque Bajo

X

Lavamanos

X

Charco en tierra

X

Tanqueta

X

Inodoro

X

Tanque de inodoro

X

Pozuelo

X

Palangana rota

X

Motor de agua

X

Gomas

X

Hueco de árbol

X

Recipiente de barro

X

Lata

X

Tina

X

Jarro abandonado

X

Barril

X

Fosa

X

Cazuela sin uso

X

Tanque elevado

X

Bandeja refrigerador

X

Vaso espiritual

X

Maceta con tierra

X

Fuente

X

Piso cementado

X

Bebederos

X

Alcantarilla

X

Pantalla de Televisor rota

X

Plato abandonado

X

Fregadero

X

Cisterna

X

Aire acondicionado

X

Pelota rota

X

Tragante

X

Chatarra

X

Pecera

X

Nylon

Asiento plástico

X

Florero

X

Botellas

X

Pomos

Registro de agua

X

Hojas de plátano

X

Acumulador

X

Cascarón de coco

X

Lavadero

X

Tapa de fosa

X

Cocina rota

X

Bañadera

X

Cascarón de huevo

X

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